lunes, 15 de junio de 2009

Todo lo que hacemos sin saber por qué


- ¿Cómo se inició en incendio?
- No sé. Ya estaba en llamas cuando me acosté.
La historia me quedó grabada. Y me recordó una frase de la dedicatoria de un libro, que copié en mi diario: "¿Quid rides? Mutato nomine, de te fabula narratur". Latín. De las obras de Horacio. Traducido: "¿Por qué te reís? Si cambiás el nombre, puede ser tu historia".
Estaba en llamas cuando me acosté.
Esta inscripción podría figurar en la lápida de muchos de nosotros. Toda una vida en una oración. Salir de Guatemala para meterse en Guatepeor. Yo buscaba problemas y me metí en ellos ni bien los encontré. El demonio me obligó a hacerlo la primera vez, pero después lo hice por propia voluntad.
Quizás esta verdad resulte más clara si transcribo una conversación que tuve con un colega que se quejaba de que todos los días encontraba lo mismo en su bolsa de almuerzo.
- ¿Quién te prepara el almuerzo? - Le pregunté.
- Yo - me respondió.

Robert Fulghum

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